Dehon: Día de Nuestra Señora de Lourdes


El Siervo de Dios León Dehon escribió en su libro El año con el Sagrado Corazón (1909), en la meditación del día 11 de febrero:

Penitencia y oración. Es esto lo que pedís, oh María: “¡Penitencia, penitencia, penitencia! Vayan a lavarse en la fuente en señal de penitencia. Coman de esta hierba amarga, en señal de penitencia. Recen por los pecadores, besen la tierra por los pecadores”.
Quiero responder a tu apelo, oh Madre mía. Iré a la montaña de la mirra y a la colina del incienso, y he de verte allá, con los ojos de la fe, tu que eres bella y sin mancha.

Penitencia y oración, esta es la orden que nos diste, y si una elite de piadosos cristianos le responde, obtendrán la reconstrucción social. Los milagros de curaciones corporales que allá operas todos los días, son la garantía de la cura de las almas de los pueblos.

¡Penitencia y oración! ¡Cómo tenemos necesidad de eso! Viniste, oh María, en 1858, cuando comenzaban las conspiraciones contra tu Iglesia. ¡Cómo se agravaron desde entonces! Hay lucha por todas partes y una lucha violenta. La vida religiosa, la educación cristiana, la familia, todo lo que hay de sagrado están en la mira de las sectas. Los demonios más temibles parecen desencadenados por una permisividad divina.
Las costumbres públicas están en decadencia como la fe. Hay una prensa inmunda que ensucia los espíritus.

¡Penitencia y oración! ¿Cómo es que llegamos a eso? Serían necesarias grandes expiaciones. Víctimas de la persecución, alcanzados por la confiscación y por el exilio, ofrecemos nuestros sufrimientos, nuestras privaciones, nuestros dolores, para obtener misericordia.
El mal es inmenso. Recemos mucho. Ofrezcamos cada día un acto de penitencia: una privación, un “miserere”, un “acto de desagravio”. ¡Gritemos piedad y misericordia! Dirijámonos al Corazón de Jesús por intercesión de la Virgen Inmaculada.

¡Penitencia y oración! Escuchemos todos los días el apelo de María, respondamos a su pedido. Fueron las condiciones de la salvación que ella nos propuso. Ella es la intérprete del Sagrado Corazón y nos expresa sus deseos.